Actualmente con la crisis, todos hemos reducido
el consumo en mayor o menor medida. Ahorrar se ha convertido en una forma de
vida, y reutilizar una forma de llegar a final de mes.
Pero este tipo de crisis son cíclicas, llagara un
día que casi no nos acordemos de esto, y volveremos a los ritmos de consumo
anteriores, pero ¿hasta cuándo?
No creo que muy lejos. Los niveles de consumo en
ciertos productos son insostenibles. Si no existiera esta crisis habría que
inventarla pues no se puede sostener el ritmo actual de producción. Hay ciertas
materas primas que pronto se agotaran.
Quizás parezca el mensaje alarmista de los
ecologistas, pero lejos de ese discurso, podemos comprobar que esto es cierto.
Por ejemplo ciertas tierras raras de las que se dispone poca producción y
son esenciales para productos electrónicos. También la producción de alimentos
puede verse mermada.
¿Y como se puede mantener una sociedad
basada en el consumo si no se puede producir más productos para consumir?
Pues la respuesta la tenemos delante ahora mismo
delante. Desde hace ya unos cuantos años ha habido una revolución que puede
cambiar para siempre el significado de consumo, solo falta un último empujón.
La alternativa al consumo tradicional, es el consumo de servicios.
Esto se ve con la crisis. Cientos de mini
empresas han surgido de la crisis y muchas son para vender servicios.
El problema esencial, es que aunque estemos en
crisis y ciertos productos empiecen a ser muy caros para ciertas familias en
dificultados, cientos de informes empiezan a alertar que aunque no estuviéramos
en crisis, esto empezaría a suceder en algunos años. De momento esto está
sucediendo en países más pobres, donde el aumento de los precios en alimentos ha
supuesto la hambruna de miles. Se culpa de ello a los bio – combustibles, pero
poco a poco se verá que hay otras causas.
La crisis de los alimentos se extenderá a países más
ricos. Pero esto no supone hambre, sino una modificación en la alimentación.
Esto ya está pasando en las familias con presupuesto reducido, donde no se
pueden permitir ciertos pescados y ciertas carnes. Veremos cómo hay una variación
en los precios de la carne en el que posiblemente primero se reducirán los
precios, pero luego comenzaran a aumentar.
No es un discurso alarmista, repito, es un hecho
que sucederá y veremos como sucede progresivamente y nos adaptaremos a él
progresivamente. Se reducirá el consumo de carnes, pescado, leche, chocolate, café,
etc…
Esto pasara también en los equipos electrónicos.
Ya se ha visto como las compañías telefónicas han pensado que regalar móviles es
poco económico (y ecológicamente insostenible). Con la crisis se ha alargado el
tiempo de vida de todos los productos industriales y tecnológicos. Los coches, móviles,
ordenadores, lavadoras, etc. Quizás la excepción sean los móviles por ser
regalados por las compañías, pero es muy posiblemente que esto cambie.
El consumo descontrolado, es económicamente inviable
y ecológicamente desastroso. Así que como dije antes el consumo se modificara
hacia otro tipo de productos menos materiales. Quizás sea por la crisis, es
cierto, pero la oferta hotelera y la restauración, a precios parecidos ha
mejorado muchísimo, más bien una barbaridad. Quizás sea por la revolución culinaria
que está viviendo el país, pero la calidad de nuestros restaurantes ha mejorado
muchísimo.
Puede parecer una contradicción que si se aumenta
el precio de los alimentos como digo pueda seguir manteniéndose la oferta en restauración.
Si el consumo que iría destinado a vivienda, coches y equipos queda reducido
por los altos precios, lo que sobra tiene que ir alguna parte pues al final
tendremos una necesidad de consumir y, la restauración, los hoteles y los
viajes será la salida.
Gracias a internet surgirán nuevas formas de
consumo, en forma de entretenimiento u otros que no soy capaz de imaginar. Los
primeros pasos ya los estamos viendo.
Como siempre esto es solo una opinión personal.
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