¿Pero qué narices está pasando? Nos están mintiendo y mucho.
Nadie puede decir que esto no se sabía. Como puede ser que una mierdecilla de
ciudadano como yo, o como otros tantos, que solo tenemos un cierto interés por
la política y la economía supiéramos que algo anda muy mal en Bankia desde hace
tiempo, y se empeñen en negarlo una y otra vez.
Las pistas.
Sin ser economista, ni un alto cargo político o gestor
bancario, hay un número de pistas bien definidas que nos hacen sospechar.
Uno. A nadie le cabe en la cabeza la lógica de que uniendo
muchas cajas con problemas, por muy grande que se haga no va a seguir teniendo
problemas.
Dos. No es necesario saber mucho para darse cuenta que estaban
muy metidos en el negocio inmobiliario.
Tres. ¿Quien se fiaba de los personajes que tenía como
responsables? Rodigo Rato… Nadie recuerda que abandono el FMI justo cuando
salto por los aires la crisis actual. ¿No le suena a nadie? Qué casualidad,
justo lo que ha hecho en Bankia.
Cuatro. Los altos intereses de sus depósitos. Aun a pesar de
las prohibiciones a los súper depósitos, Bankia sigue siendo el líder en
intereses.
Cinco. La forma en colocar las acciones entre ahorradores.
La campaña fue agresiva y mintiendo. Fui testigo de cómo se colocaban. Faltaba
el bote de vaselina.
Seis. Todas las señales de alarma desde que salió a bolsa. ¿De
verdad que no sabía cómo estaba?
Siete. Y banco de valencia. ¿De verdad que no afectaba en
nada?
Vamos, algunos sabíamos que pasaría, algo. Se veía venir.
Veremos quién paga ahora las consecuencias.
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